miércoles, 24 de abril de 2013

Ojitos tristes




Su lamento se estrella contra el sonido del despertador. Natalia intenta abrir los ojos más por compromiso que por gusto, recuerda que el día ha comenzado y debe levantarse. Estira los pies y los brazos como invitando al resto de su cuerpo a despertar. El bostezo le increpa y la nostalgia le vuelve a la cabeza.

Vacila. Con las manos se toma el cabello e intenta alaciarlo un poco. Comienza a acercarse al espejo que tantas mañanas la ha visto, se mira y comprueba lo que Andrés le dijo la primera noche que compartieron más que una cama: “tus ojitos son tristes”. El suspiró se perdió entre la lágrima que recorrió su mejilla mientras buscaba el celular.

“Tú los haces felices”, le respondió aquella noche mientras esbozaba una sonrisa que sintió diáfana y sincera. Andrés se dejó invadir por la revolución que Natalia provocaba en sus adentros y le entregó el corazón en un beso que supo los ligaría por la eternidad.

Natalia comenzó a escribir en la pantalla del móvil mientras su mente le jugaba una mala pasada…

Josué le tendió una miraba llena de reproche y dolor. Natalia lo sabía y sólo atinó a verlo con la esperanza de que el mal momento pasara. Nada, el destino sabe cuándo terminar aquellos encuentros que son transitorios y sólo se convierten en parte de la experiencia…

Decidió llamar. El teléfono comenzó a sonar y su corazón se alteraba, la voz de Andrés siempre la pasmaba. La conversación le regresó el alma a Natalia, quien sintió la calma que da el amor. “Ojitos tristes”, murmuró para sí, mientras sonreía al recordar que en horas se habría de casar.


@juaninstantaneo

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