lunes, 29 de abril de 2013

Ojitos tristes II


A mi musa, MM


La noche era perfecta. El amor los juntó mientras se despojaban de los miedos y las dudas. Sabía qué debía hacer. La tomó de la mano para posarla frente a sí. Le rodeó el rostro con las manos mientras dejaba que sus ojos emanaran ternura. Ella respondió con un guiño y unas palabras que le aceleraron el corazón: ¡qué ojitos tan bonitos tienes!, le dijo.

Tembló al escucharla y sólo atinó a contestar entre suspiros: son tuyos, estos ojos son tuyos; tómalos que hoy te los entrego, te entrego su reflejo para que te mires en él; te obsequió el calor que desprenden para que cuando la tristeza te amenace, puedas cobijarte con ellos; te entrego, también, mi corazón que palpita por ti…, siéntelo, míralo deshacerse ante tu divina presencia.

Le tomó la mano y se la posó en el corazón. La piel de ella se le crispó ante la sensación de escuchar y sentir a un corazón latiendo con intensidad.

Y ¿sabes? –prosiguió- Haz alejado la tristeza de mis ojos, los haz poblado de amor, de tu enigmática presencia, de tu diáfana belleza.

Guardo un breve silencio. La respiración acelerada de ambos se convirtió en la música de una noche de luna llena. Sin soltarle las manos, apoyó la rodilla izquierda en el piso y dijo:

Y hoy me declaro: tu eterno enamorado. –sobre la ropa le besó el ombligo. Sintió el estremecimiento que había provocado en el otro cuerpo.

Silencio, otra vez. Buscó levantarlo, él entendió y se puso de pie mientras ambos depositaban el mirar en aquellos ojos que tanto amaban.

Tus ojitos siempre son tristes –le dijo- y sinceros, sé que en ellos no cabe duda ni miedo. Y yo, te confieso, cada que los miro encuentro ese amor que tantas veces me has declarado.

Se abrazaron con la intensidad que brindan los sueños del mañana. Se besaron con la necesidad de no alejarse y perpetuarse en la noche y lo días por venir. Se amaron en  la búsqueda de vivirse y descubrirse en el otro mientras ella susurraba:

Mi amor de ojitos tristes.  

@juaninstantaneo

miércoles, 24 de abril de 2013

Ojitos tristes




Su lamento se estrella contra el sonido del despertador. Natalia intenta abrir los ojos más por compromiso que por gusto, recuerda que el día ha comenzado y debe levantarse. Estira los pies y los brazos como invitando al resto de su cuerpo a despertar. El bostezo le increpa y la nostalgia le vuelve a la cabeza.

Vacila. Con las manos se toma el cabello e intenta alaciarlo un poco. Comienza a acercarse al espejo que tantas mañanas la ha visto, se mira y comprueba lo que Andrés le dijo la primera noche que compartieron más que una cama: “tus ojitos son tristes”. El suspiró se perdió entre la lágrima que recorrió su mejilla mientras buscaba el celular.

“Tú los haces felices”, le respondió aquella noche mientras esbozaba una sonrisa que sintió diáfana y sincera. Andrés se dejó invadir por la revolución que Natalia provocaba en sus adentros y le entregó el corazón en un beso que supo los ligaría por la eternidad.

Natalia comenzó a escribir en la pantalla del móvil mientras su mente le jugaba una mala pasada…

Josué le tendió una miraba llena de reproche y dolor. Natalia lo sabía y sólo atinó a verlo con la esperanza de que el mal momento pasara. Nada, el destino sabe cuándo terminar aquellos encuentros que son transitorios y sólo se convierten en parte de la experiencia…

Decidió llamar. El teléfono comenzó a sonar y su corazón se alteraba, la voz de Andrés siempre la pasmaba. La conversación le regresó el alma a Natalia, quien sintió la calma que da el amor. “Ojitos tristes”, murmuró para sí, mientras sonreía al recordar que en horas se habría de casar.


@juaninstantaneo

lunes, 8 de abril de 2013

Tributo

Dejar constancia del amor y pasión que experimenta por la mujer que tanto lo hace 

estremecer, era su empresa, su aventura, su último tributo. 




JPSC
@juaninstantaneo